Pero, además, el cuidado de los animales de granja, necesarios para la subsistencia, ocupaba la mayor parte de su tiempo.
Las tareas domésticas eran un trabajo duro, en unas casas sin agua corriente ni electricidad. Cocinar al calor de la lumbre ocupaba horas y cada pequeña tarea doméstica se realizaba a mano. A ello se unía el cuidado de los hijos que, aunque ayudaran en el campo y en la ganadería desde muy pequeños, se convertían en una carga cotidiana por su número creciente. Recordemos que la natalidad era muy alta en estas épocas.
Un ejemplo de estas vidas, que se repiten a lo largo de toda la geografía de la provincia de Castellón, y de toda la España rural, es el siguiente:
MO05-Enguera-D23